viernes, 23 de enero de 2009

Un público muy paciente

Nunca acabaré de sorprenderme ante la paciencia infinita y la inmensa benevolencia del público. He vuelto a comprobarlo viendo Siete almas. Ninguno de los espectadores sentados a mí alrededor fue capaz de desertar de la sala para librarse de castigo tan inhumano. Un caballero mayor se levantó y salió. Parecía que se había ido, pero se arrepintió de camino a la calle o sólo fue a visitar los aseos porque regresó al poco. La película está protagonizada por Will Smith y dirigida por Gabriele Muccino, el mismo tándem que ya perpetró otro horror similar titulado En busca de la felicidad. El caso es que El último beso, del mismo director, tenía su encanto. Por cierto, los regalos tan generosos que ofrece el personaje de la película (y que no voy a citar para no revelar un elemento clave del guión) serían imposibles en España. La ley que los regula los prohibe de modo expreso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lamentable película. Acaba de empezar 2009, y ya tenemos una firme candidata a formar parte del top ten de los horrores anuales.