
Hay quienes envidian a los actores famosos porque los imaginan conquistando sin respiro a las mujeres más
esculturales. Pierce Brosnan, una estrella de verdad, es feliz, en cambio, junto a la mujer a quien ama, Keely Shaye Smith, su esposa. Su atractivo desafía a los cánones actuales de belleza anoréxica que tiraniza a tantas mujeres. La relación que comparten revela que detrás del sex symbol que encarnó al seductor James Bond, hay un hombre sensible e inteligente.

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