viernes, 12 de octubre de 2007

Juegos de adultos

Conozco gente que conserva aún sus películas en Beta. Víctimas colaterales de lo que fue la guerra de los tres formatos de video: Betamax, VHS y V2000, posiblemente el mejor pero el primero en caer. Ni que hablar del Laserdisc, ¿se acuerda alguien de él?. El poso de la victoria del VHS fue tan amargo para tanta gente que perdió su filmoteca completa, sumado a la nueva perdida que supuso, aunque fuera para mejor, el inevitable paso al DVD (aunque también conozco gente que se mantiene en el VHS), que nada hacía presagiar una nueva guerra de formatos incompatibles. Pero los negocios tienen razones que la razón no comprende. Así, la anunciada desaparcición del DVD ha provocado otra guerra de formatos en los discos de Alta Definición que lo van a suceder. Tenemos de nuevo a Sony (la creadora del Betamax) luchando por imponer su formato Blu-Ray como el único (ellos prefieren llamarlo estándar) de la Alta Definición, frente al HD-DVD de Toshiba, que es más compatible con el DVD. Una guerra que está pasando inadvertida a los aficionados al cine. En parte, porque nadie parece dispuesto a pasar a ningún nuevo sistema antes de que se imponga uno de modo definitivo. En parte, porque aprovechar las ventajas que ofrece la Alta Definición exige cambiar también el televisor para tener una pantalla a la altura. En parte, porque una de las batallas más importantes de esta guerra se están librando en el campo de las consolas de videojuegos, un universo propio. Sony es la que más fuerte ha apostado, incorporando a su nueva Play Station 3 el reproductor de su sistema Blue-Ray, lo que quiere decir que si no se impone éste la consola quedará muy tocada como producto. Microsoft, más prudente, ofrece la posibilidad de conectar un reproductor de DVD-HD a su Xbox 360, pero no lo trae incorporado, de modo que un hipotético fracaso de este sistema no afectará a la imagen de su consola. La Wii, de Nintendo, la sensación de la temporada, va por libre y fundamenta su éxito en ofrecer lo que se espera de una consola, juegos y diversión, sin meterse en guerras ajenas. No está claro aún quien saldrá victorioso de este envite (esta próxima Navidad se va a librar una de las escaramuzas más violentas) pero hay una palabra clave para la victoria, que todos los consumidores queremos oir: compatibilidad. Entre sistemas y, por supuesto, con el DVD. No parece mucho pedir.

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