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Fuego de celuloide amigo
Lo llaman fuego amigo. Es lo que ocurre cuando un ejercito abre fuego por error contra sus propias posiciones o la de sus aliados. Su última víctima ha sido En la ciudad de Sylvia, la nueva película de José Luis Guerín. La han desalojado de buena parte de las salas en las que se había estrenado, a pesar de sus recaudaciones aceptables, para dejar paso a Mataharis y Siete mesas de billar francés, las dos cintas nacionales a competición en San Sebastián. Dos títulos que llegaban con mucha más fuerza promocional. La escarmuza plantea un dilema. ¿Cuando las películas españolas logran hacerse sitio en las salas, lo hacen ampliando la cuota de mercado de nuestro cine o disputandose entre ellas el exiguo espacio que dejan las multinacionales de Hollywood?
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