Emmanuelle Riva lo demuestran
con creces, respectivamente, en Le Week-End
(Roger Michell, 2013) y Amor (Michael Haneke, 2012). Sus papeles son, en apariencia, menos lucidos que los de
sus oponentes masculinos, Jim Broadbent, de la primera, y Jean-Louis Trintignant,
de la segunda, pero son ellas quienes roban la película y hacen el trabajo más soberbio.
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