Cuando digo que no me gustan
las series de televisión siempre surgen voluntarios que tratan de dialogar
conmigo intentando sacarme de lo que, a su parecer, es un grave error. Lo curioso
es que no me ocurre nada semejante cuando digo que no me gusta ir a discotecas,
bañarme en la playa o ir al cine por la noche. Será que no has probado el
manjar, parecen insinuarme los forofos de la ficción seriada. Pues
sí, sí lo he probado, y me he llevado tremendos fiascos con títulos de
campanillas que me han recomendado con fervor; y aun las
que me atraen algo (Frasier, Las chicas de Oro, Monk, El mentalista, The
Shield, Caso abierto, Mujeres desesperadas, Navy investigación criminal o Sexy
Money) me cansan a partir del tercer o cuarto episodio. Si me
las topo, me quedo y puede que las vea un rato, si no, jamás estoy pendiente de
su hora de emisión. Sólo recuerdo dos series que hayan resistido para mí el
paso del tiempo: la británica Yo, Claudio y la española Los gozos y
las sombras. Una vez aclarado este punto puramente subjetivo, hay otros
extremos que provocan mi rechazo. Estoy convencido
de que las series son un factor multiple de discriminación. Cuando se dice
que gustan las series se suele querer decir que gustan las series anglo/estadounidenses,
esas que se emiten en su mayor parte por canales de pago, un mundo guay
del que quedan excluidas casi siempre, claro, las series españolas, que
están al alcance gratuito de cualquiera; como La que se avecina, una de
las pocas ficciones que, mira por donde, me gustan y con la que me
lo paso bomba cuando la veo, jamás buscándola. Las series guay
discriminan, además, porque si no se ven por canal de pago, se bajan de
la red, lo que indica que, además de poder pagar por la conexión a internet,
hay que saber navegar por ella para encontrar los semilleros donde están
alojadas, y tener y saber usar los programas adecuados para poder
descargárselas. Con el cine no ocurre lo mismo ya que, además de las
televisiones generalistas, hay canales, tanto nacionales (Paramount o La Sexta
3) como locales (en Madrid, el 8 Madrid TV) que emiten en abierto, sin pagar,
todo el día, todo tipo de cine, y muchas veces en dual. Una de las cosas más
divertidas con respecto a una serie es cuando alguien te recomienda este o
aquel momento de uno de los capítulos de una de las temporadas. Si se
recomienda una película, cualquiera puede hacerse con ella, sin necesidad de
tener siquiera internet; basta con ir al El Corte Inglés, a la FNAC o similar.
¿Cómo se hace para ver el momento del capítulo recomendado de una serie sin
recurrir a internet (no creo que se pueda dar uno de alta el momentito para
verlo y ya) ni hacer un buen desembolso para adquirir la temporada completa? En
cualquier caso, y aunque estuviera equivocado en todo lo expuesto, las series,
aún reconociendo que algunas tienen indudables valores de producción, ni me
emocionan ni me entretienen. No me gustan las series, ¿no basta con eso?
5 comentarios:
Es bastante más fácil bajarse una película de internet que acceder a este blog. Por otra parte, las películas que te bajas de internet las disfrutas sin la publicidad (excesiva) de los canales que mencionas. Luego, dependiendo de la película, me puedo pagar una conexión a internet mes y medio.
Saludos.
A quien sabe como bajarse una película, sin duda le es fácil. Sal a la calle y pregunta al azar. Corremos el peligro de creer que internet (y el empleo de software) está más extendido de lo que está. Los cortes en 8 Madrid TV son mínimos (1 y muy breve, si no recuerdo mal). En los cash&Converters, CEX y mercadillos (en El Rastro hay un puesto que vende 7 películas por 10 €, de segunda mano, claro, pero se ven bien) encuentras todo tipo de cine a precio asequible sin necesidad de bajarte nada.
Saludos
Tienes toda la razón en que quizá mucha gente no sepa descargárselas. Pero los jovénes y los que vienen detrás que son al fin y al cabo los futuros "consumidores", están familiarizados con la tecnología y saben cómo. Habrá excepciones.
Con respecto a las películas de segunda mano, pues sí, son geniales esas tiendas pero yo vivo en un pueblo y no hay ninguna. Ojalá tuviese una videoteca enorme en vez de una pila de archivos y carpetas en mi PC que una vez vistas acabaré borrando.
También me gusta más el acto de ir al cine, ¿pero qué oferta hay? Insisto que no vivo en Madrid. No sé, creo que es mucho más complejo y que no se puede sentenciar con que las series sean discriminatorias por esos motivos.
Es mi opinión, soy el primer Anónimo. Disculpa el tono semi-agresivo del primer comentario.
Saludos
Por fin encuentro a alguien que piensa lo mismo que yo sobre las series. Yo prefiero ver diez películas antes que tener que soportar diez capíulos de una misma serie, que además suele ser repetitiva. Por cierto, me hago seguidor de tu blog.
Absurdo... sencillamente absurdo.
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