El dilema de las estrellas

Me desayuno con la noticia del suicidio de la actriz galesa Stephanie Parker, después de que la BBC decidiera dejar de emitir la serie Belonging, que la había hecho famosa. Tenía veintidós años y llevaba en la televisión desde los quince, lo que suma un tercio de su vida expuesta a la mirada pública. Por la tarde, asisto al preestreno de Hannah Montana: La película, protagonizada por la estrella juvenil estadounidense Miley Cyrus, alias Hannah Montana, de dieciseis años, que llevará en el mundo del espectáculo también un tercio de su vida. La película, que parte de una popular serie de televisión, trata de la doble vida de una chica, Miley Stewart, que cumple su deseo de triunfar como cantante sin renunciar a su existencia de adolescente inventándose un alter ego: Hannah Montana. Una solución práctica y brillante que, sin embargo, le pasa al personaje una factura emocional cada vez más elevada, hasta resultarle insoportable. ¿Quién prepara a las estrellas jóvenes para que su vida pública no comprometa hasta la asfixia su intimidad?