domingo, 29 de marzo de 2009

Mi amiga Nerea es negra

El entrañable José Luis Velasco, difunto periodista de la cadena SER que me honró con su amistad y cuya heterodoxia se echa tanto en falta, solía bromear fuera de micrófono diciendo que cuando veía un anuncio de televisión que no entendía era siempre publicidad de coches. Estos días se repite uno de estos spots en todas las cadenas. No acabo de descifrar la relación que guarda su contenido con el automóvil que promociona (o quizá sí, aunque prefiero ignorarlo), pero es brillante, hermoso y solidario. Un padre recoge a su hijo pequeño en un colegio, y éste se despide de una compañera negra. Al sentarse en el coche (objeto de la publicidad), el niño pregunta: “Papá ¿sabes que mi amiga Nerea es negra?”. El padre le responde sonriendo, un poco violento: “Claro, claro que lo sabía”. El crío le dice entonces perplejo: “Pues yo no”. ¿Hay modo más hermoso de expresar que el diferenciar a las personas por colores no es más que una etiqueta que aprendemos al crecer?

2 comentarios:

Diego dijo...

Lástima que mensajes tan bonitos acaben siempre destinados a venderte un producto. Es algo que me inquieta, el chantaje social / emocional que tan bien maneja hoy la publicidad. Ya no te dicen "compra", sino "sé guay"; lo que va asociado, por supuesto, a determinadas estéticas que implican... comprar.

Juan Pando dijo...

Tienes toda la razón, pero al menos el mensaje llegará a alguien. Hay otros anuncios, en cambio, infectos.