miércoles, 12 de noviembre de 2008

El entrañable innombrable

Sergio Leone rodaba El bueno, el feo y el malo (1966) en Burgos. Había que volar un puente. El responsable de los explosivos se hizo un lío y lo hizo saltar por los aires antes de tiempo, cuando las cámaras no estaban rodando. La producción en España corría a cargo del valenciano José Antonio Pérez Giner, que en ese momento estaba localizando en Almería. No obstante, la profesión le colgó el sambenito de cenizo, algo terrible en un mundo tan supersticioso como el del cine. Desde entonces, en el medio, todos le llaman El innombrable, a la vez que tocan madera. Anarquista entrañable, Pérez Giner, que entre otras muchas cosas puso en marcha en su día el departamento de producción de FILMAX (sí, la productora de REC), ha demostrado a sus 74 años, una vez más, su envidiable sentido del humor. Ha titulado La verdadera historia del innombrable el libro (trilingüe: catalán, castellano e inglés) de sus memorias, que ha redactado Piti Español y acaba de editar Filmoteca de Cataluña. Entre las mejores anécdotas, la confesión de que coló su propia foto de boda en la película Juguetes rotos, del difunto Manuel Summers. O esa otra de que produjo un Tarzán (Tarzán y el tesoro Kawana), con Enrique González Macho (si, el actual propietario de los cines Renoir y de la distribuidora Alta Films) como director de producción, en el que el equípo cogió miedo al mono que hacía de Chita. Lo tenían siempre encadenado. No lo soltaban ni para rodar, y Tarzán no hacía más que repetir en la película, para justificarlo, “Chita, eres mala. Has vuelto a portarte mal y te he tenido que atar”. El libro sabe a poco. Tengo la ventaja de que una de las alegrías que me ha dado mi profesión es poder charlar de vez en cuando con Pérez Giner.

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