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Canción triste de San Sebastián
Basta repasar los títulos españoles que competirán en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián: Tiro en la cabeza, Camino y El patio de mi cárcel, para sospechar que sus programadores han hecho suyo el célebre poema de Bertolt Brecht: “En los tiempos sombrios ¿se cantará también? También se cantará sobre los tiempos sombríos”. Soplan vientos de drama en todas sus variantes. En Tiro en la cabeza, Jaime Rosales aplica sus técnicas semi-experimentales para ofrecer un enfoque nuevo de un problema viejo: el terrorismo de ETA. Camino (foto superior), en la que Javier Fesser abandona sus disparatadas y, en mi opinión, muy sobrevaloradas comedias ¿surrealistas? (El milagro de P. Tinto y La gran aventura de Mortadelo y Filemón) para pasarse al drama poniendo al Opus Dei en su punto de mira.
Por último, El patio de mi cárcel (foto de la derecha), opera prima de la cortometrajista y realizadora de televisión Belén Macías, es un alegato sobre el fracaso de la función reeducadora de las prisiones, con un buen reparto pero en el que nadie hubiera reparado si no lo hubiera producido El Deseo, de Pedro Almodóvar. Las dos primeras se han promocionado por el curioso procedimiento de ocultarlas a la prensa. En especial, la de Rosales, que no se la van a enseñar a nadie hasta el día de su estreno en el festival. La participación española en otras secciones del certamen sigue la misma tónica. El toque frívolo "made in Spain" lo pondrá alguien venido de fuera, Woody Allen, con su comedieta cañí: Vicky Cristina Barcelona.
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