martes, 25 de marzo de 2008

Dos alemanias, dos cines

El pasado 15 de marzo falleció, con cien años, el longevo Erwin Geschonneck (a la izquierda en la foto) ¿Quién era? El actor más popular de la República Democrática Alemana (la RDA). Cualquiera que haya visto La vida de los otros se puede hacer una idea de que ser una estrella en la Alemania del Este exigía bastante más que tener talento. Yo acabo de volver de un viaje por aquellas tierras en el que he visitado los museos del cine de Berlín y de Postdam. En el primero, dedicado al cine alemán desde su origen hasta hoy, he visto imágenes que forman parte del imaginario colectivo de la cultura universal. Hablo de clásicos como Metropolis; Olimpia o M, el vampiro de Düsseldorf, y de cineastas y estrellas como Murnau, Lubitsch, Fritz Lang, Marlene Dietrich o Leni Riefenstahl. El segundo museo, mucho más modesto, situado como digo en Postdam, en lo que fue la RDA, resume la historia fílmica de lo que fue la otra Alemania (desde su creación como estado, en 1949, hasta su desaparición, en 1990). En él se suceden caras de actores, fotogramas de películas y nombres de cineastas que no me dicen nada. Este fue el mundo al que perteneció y que amó el difunto Geschonneck, intérprete vinculado a la obra de Bertolt Brecht y su compañía teatral Berliner Ensemble. Un comunista convencido que recibió con desconfianza la caida del Muro de Berlín. A quienes hayan visto La vida de los otros, tampoco les extrañaran actitudes como esa. Su trabajo con mayor repercusión en la pantalla fue Jakob, der Lügner (1975), la única producción de la RDA candidata al Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa (cinta rehecha en 1999 como Ilusiones de un mentiroso, con Robin Williams como protagonista). Tanto en aquella versión alemana como en su "remake" americano participó Armin Mueller-Stahl (a la derecha en la foto), otro actor de talento que triunfó como él en la otra Alemania... hasta que cayó en desgracia y las autoridades lo pusieron en su lista negra. Los que hayan visto La vida de los otros saben lo que significaba eso. Se pasó a la República Federal en 1980, reiniciando una carrera con proyección internacional que lo ha llevado a optar al Oscar como Actor de Reparto por Shine y a bordar papeles inolvidables en La caja de música o Promesas del Este. Pasados casi dieciocho años de la desaparición de la RDA, puede decirse que Mueller-Stahl es, posiblemente, el actor más popular fuera de la RDA de los surgidos en la RDA (con permiso de Ulrich Mühe, protagonista de La vida de los otros). Dentro de aquel país de atmósfera asfixiante el más popular fue, sin embargo, hasta la caida del último trozo del Muro de Berlín, el hoy difunto Erwin Geschonneck.

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