
El debate sobre el aborto ha llegado a las pantallas. Los que están a favor enarbolan como bandera la magnífica cinta rumana 4 meses, 3 semanas, 2 días. Los que están en contra prefieren la estimable pero muy inferior producción estadounidense Juno, optimista hasta lo irreal y por debajo de las expectativas cinematográficas creadas. En uno de los momentos más tremendos de la primera, las protagonistas tienen que deshacerse del embrión de un aborto clandestino. Se enfrentan de bruces con el dilema moral y emocional que es la esencia de un aborto. Cada decisión humana se cobra su precio, la incognita es si podremos pagarlo. Cuando pienso en el aborto, pesa en mi ánimo la experiencia que Patricia Neal narró en sus memorias (“As I Am”, 1988). La actriz tendría 21 o 22 años cuando se quedó embarazada de Gary Cooper, su compañero de reparto en El manantial (1949), que le doblaba la edad, estaba casado y la obligó a abortar. Ella describe con detalle el trance y concluye: “Los dos lloramos juntos aquella tarde (…) La vida siguió su curso como siempre, pero por las noches, a solas, lloré y lloré durante treinta años por aquel niño. Siempre que me excedía en la bebida, me acordaba que no le había dejado vivir, y admiraba a Ingrid Bergman por haber tenido a su hijo. Lamentaba con todo mi corazón que ella hubiera tenido el valor que me faltó a mí. Si hubiera una sola cosa en mi vida que pudiera enmendar, habría tenído aquel bebé”. No habla una persona cualquiera. Son las palabras de una mujer famosa por su independencia, que ha triunfado en su profesión (ganó el Oscar por Hud) y que ha superado en su vida (acaba de cumplir 82 años) situaciones tan terribles como tener que aprender a hablar y a andar de nuevo a los 39 años, después de sufrir un aneurisma cerebral.
1 comentario:
Espléndido post, Mr. Kaplan. Por lo demás, soy de los que creo que la ética y la estética son indisolubles. Por tanto, de las respectivas calidades de 4 Meses (una película excelente) y Juno (una mediocridad buenrollista) puede deducirse también algo a propósito del tema que tratan ambas.
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