viernes, 5 de octubre de 2007

Parecidos más que razonables

Al ver Mataharis resulta evidente que María Vázquez es, en realidad, un alter ego en la pantalla de Iciar Bollaín, su directora. Al parecido físico (pelirroja de tez y ojos claros) se unen un modo de interpretar (quizá se lo marcó así la realizadora a la actriz) y de pensar (el personaje) que son los propios de esta cineasta e intérprete. Creí que era un caso aislado pero después de ver Oviedo Express (cinta que competirá en el inminente Festival de Valladolid), parece que me equivoqué. El bon vivant, con un cigarro siempre en la mano, que encarna Carmelo Gómez en este filme, físico aparte, tiene mucho de alter ego de su director, Gonzalo Suárez. Da la sensación de que algunos cineastas, como algunos pintores que incluyen su propio retrato en algún lugar de sus lienzos, no les bastara con su firma en los títulos de crédito para dejar clara la autoría de su obra. A mi estas cosas me descolocan. Es como cuando identifico que una estrella extranjera habla, por magia del doblaje, con la voz, inconfundible, del actor español que la dobla. Me saca de la ficción. Alfred Hitchcock, que hizo tradición de su presencia física en algún momento de sus películas, se lamentaba de que la gracia entretenía demasiado al público, muy pendiente de verlo aparecer, y procuraba salir nada más empezar, para que el espectador se concentrara en lo importante, en la historia. ¡Ah!, en cuanto a Oviedo Express, con una fotografía y dirección artística magníficas, gustará a los seguidores de su director e irritará a sus detractores. Comme d'habitude.

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