viernes, 18 de marzo de 2011

Serbian Film por encima de toda ley

Un juzgado catalán ha procesado al director del Festival de Sitges porque el certamen proyectó “A Serbian Film”. Cineastas, directores de festivales y críticos apoyan al procesado. ¿Se deberá el problema legal a la escena de la película en la que una mujer desnuda, colgada por las muñecas, a quien acaban de arrancar los dientes, es asfixiada mientras hace una felación a su asesino? ¿O será aquella otra en la que el protagonista decapita con un machete a la mujer desnuda, atada boca abajo a una cama, a la que está penetrando? Pues ninguna de las dos, porque se trata de escenas entre adultos. Pero hay que aclarar que “A Serbian Film” es cine dentro del cine, dos películas en una. La primera, un drama bastante malo protagonizado por una estrella porno, y dentro de ésta, una segunda película, el film pornográfico del tipo snuff (con asesinatos) que rueda éste. El conflicto surge porque se sitúa a niños (o su imagen) en el contexto de las películas porno que se muestran o que ruedan los personajes. En una, un hombre penetra a un bebé recién nacido, sin cortarle siquiera el cordón umbilical, ante la mirada complacida de su madre. En otra, el protagonista, drogado, penetra, sin saberlo, a su propio hijo, de cinco años. Leo la Constitución, Art. 20.4, que impone como límite a la libertad de expresión: “especialmente (…) el derecho a la protección de la juventud y de la infancia”. Leo el Art. 189.7 del Código Penal, que se imputa al director de Sitges, que considera punible la conducta de quien: “produjere, vendiere, distribuyere, exhibiere o facilitare por cualquier medio material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o modificada”. Vista la película, leida la norma, fuera de corporativismos entre cineastas, queda un margen de duda. En democracia, estas dudas las resuelven los tribunales. Quienes crean lo contrario deberían promover una reforma legislativa para situar al cine por encima de toda duda y toda norma.

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