lunes, 8 de diciembre de 2008

Sociologia contra cine

Gomorra ha sido la gran triunfadora de los Premios del Cine Europeo. Ha ganado cinco galardones de cinco candidaturas:película, director (Matteo Garrone, en la foto), actor, guión y fotografía. Los titulares de prensa van del “Gomorra arrasa en los premios del cine europeo” al “Europa se rinde al compromiso de Gomorra”. La cinta suma ya una buena cosecha de trofeos, incluido el Gran Premio del jurado en el Festival de Cannes, y los que le quedan. Disculpen tantos doctores de la Madre Iglesia, pero a mi, que la fui a ver tan ilusionado, me pareció larga, aburrida y confusa. Tan confusa que si me enteré de algo fue gracias a que antes de verla había leido la información de prensa que ha sido su mejor promoción: que trata de la camorra, que el autor del libro que la inspira está amenazado de muerte, que es un título de mucho compromiso social, que… A esta publicitada cinta (no olvidemos que el cine es un negocio y que los productores no gestionan ONG’s) le ocurre lo mismo, salvando las distancias, que a Bella (ese alegato contra el aborto convertido en fenómeno de taquilla por el apoyo de grupos confesionales). Una y otra son de esas películas mediocres que hubieran pasado con más pena que gloria por la taquilla de no mediar circunstancias sociológicas (del todo ajenas a sus valores cinematográficos) que impulsan su éxito. Mal, muy mal van las cosas para el cine cuando libra sus batallas fuera de las salas.

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