He perdido una hora larga sentado en una sala de cine sufriendo la que es para algunos una de las mejores películas de la temporada: La cuestión humana, de Nicolas Klotz. No consigo apurar los 144 minutos (2 h. 24 m.), que se dice pronto, que dura el engendro y escapo amparado en la oscuridad. Los actores franceses pueden ser los mejores del mundo y yo sentir debilidad por el cine galo pero… ¡qué tostones llegan bajo esa noble bandera! A grandes males, grandes remedios. Me pongo en casa Dersu Uzala, de Akira Kurosawa. ¿Por qué a los grandes de verdad les es tan sencillo contar de modo simple lo complejo?
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Lástima, justo cuando te fuiste empezaba lo bueno. Hay que tener paciencia... ;-)
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Lástima, justo cuando te fuiste empezaba lo bueno. Hay que tener paciencia... ;-)
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