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Corsarios, no piratas
Los que nos criamos viendo películas de piratas sabemos que una cosa es un pirata y otra un corsario. El primero se llevaba por delante todo lo que encontraba a su paso sin rendir cuentas a nadie. El segundo tenía una patente de corso concedida por un soberano o un país, que lo amparaba a cambio de que sólo saqueara en determinadas condiciones y de que entregara parte de su botín a su protector. Incluso los chavales de hoy están familiarizados con esa diferencia y con los trapicheos inconfesables que oculta. Al menos los que disfrutan con la saga Piratas del Caribe ¿Por qué aceptamos entonces perder la batalla de las palabras? ¿Por qué permitimos que se llame piratas informáticos a quienes son, en el peor de los casos, corsarios informáticos? ¿O como se llama a alguien a quien se permite copiar películas (o canciones, o videojuegos) a cambio de una patente (perdón, un canon)? ¿Y cómo se llama a quien cobra el canon a ciudadanos y empresas que utilizan los soportes informáticos para archivar sus propios documentos, como los hospitales con los historiales de sus pacientes, las empresas en su relación con la administración, ésta con toda la documentación que genera o Hacienda con las declaraciones de todos los españoles? Por cierto, ¿cómo deberíamos llamar a tantos organismos de las administraciones local, autonómica y estatal (y a sus responsables) que utilizan videos y/o DVD's de uso doméstico para organizar proyecciones públicas de cine en colegios, residencias o centros culturales?
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