domingo, 4 de mayo de 2008

¿Informadores o publicistas?

Empieza a hacerse costumbre que los políticos convoquen ruedas de prensa en las que no responden preguntas. Dicen lo que les parece y esperan que la prensa se limite a escucharles y reproducir sus palabras como si fueran una verdad revelada. Lo han denunciado la Asociación de la Prensa de Madrid y el Col.legi de Periodistes de Catalunya, el 30 de abril, en nota conjunta firmada por los directores de El Mundo, El País, ABC, La Razón, Público, La Vanguardia, El Periódico de Catalunya y los gratuitos 20 Minutos, ADN y Qué! No recuerdo notas semejantes en defensa de los informadores de cine cuando, por ejemplo, se les convoca a visionar una película no estrenada y antes de entrar a la sala se les quita el teléfono móvil, se registra la cartera, bolsa o bolso que lleven, se les obliga a atravesar un arco detector de metales (como en aeropuertos y edificios oficiales) y, una vez sentados en su butaca, son vigilados durante la proyección por guardas jurados pertrechados con gafas de visión nocturna. No son infrecuentes, tampoco, los casos de estrellas que obligan a los periodistas a comprometerse por escrito a no preguntar más que de aquello que a ellos les apetece y beneficia. Ni ruedas de prensa en las que los organizadores cuelan a espontáneos (a veces en colaboración con algún medio de comunicación que sortea el honor entre sus lectores) para que estos puedan sentirse periodistas por un día. Ni representantes y publicistas, incluso españoles, que envían mensajes advirtiéndo de las penas del infierno si llegan a publicarse declaraciones hechas por sus clientes en un descuido durante una rueda de prensa. No he leido nunca, como digo, notas de las asociaciones de la prensa que protesten o denuncien estos atropellos, pero lo entiendo porque, en definitiva, es sólo información de cine.

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